miércoles, 23 de enero de 2008

Karma

PIEDAD

Qué soberbia he llegado a ser.
Qué egoísta, qué mezquina, no lo sé.
No diré:
"Por Dios, perdóname"
Porque yo no puedo perdonarme.

Contigo fui irresponsable.

Me he torcido para descender
de rodillas inclinada a tus pies.
No diré:
"Por Dios, libérame"
Porque yo no puedo liberarme.

Sí, soy culpable.

Baja la cabeza tú también.
Sólo agáchate para llegarme a ver.
Mírame
a los ojos otra vez.
Y tal vez así pueda salvarme.

Conmigo seré implacable.

JUSTICIA

Me tatué en la espalda tu sombra,
y me diste una puñalada.
Tu traición fue ayer mi abismo.

Requerías el verme caer,
aunque a tí ya me hubiese rendido.
Si tan sólo lo hubieras pedido...
Pero siempre anhelaste el poder.

Y arrastrándome, supe crecer,
desde el cieno hasta el cielo querido.
Cuántas cosas hubieras tenido...
Sin embargo, luchaste a perder.

Me he tatuado en la frente una alondra,
he aferrado con fuerza una espada.
Tu traición será hoy mi bautismo.

VENGANZA

La mentira es tu impunidad
Pero vas a recordar
que tu error, tu pecado, tu delito
traza el camino sencillo
tan cómodo, rápido y fácil
que carece de retorno
Y yo te seguiré
Y yo te esperaré
Viva o muerta

Como la mácula nítida
Que opaca tus días
Enturbiando cada paso hacia adelante
Amedrentando al futuro incierto
velado por las sombras de tu pasado embustero

Eres una entelequia delirada por mi odio febril
al borde de un abismo sin fondo
Sólo puedes tropezar y caer
esconderte en un sepulcro
Que yo estaré ahí

Reptando como una soga por tu cuello
Atenazando el más débil sollozo
Percutiendo tu sangre a relámpagos
Las Erinias enmudecerán subyugadas

Porque yo voy a ser tu aullido
El estrépito que desgarrará tus entrañas
desde tu boca y hacia tus oídos
Puedes cerrar los ojos, negar la luz
Puedes correr a donde te plazca
Puedes ensordecerte y olvidar la voz

Pero mi grito te zarandeará mientras tengas huesos
Y ya nunca volverás a soñar
Sino mi venganza

No hay comentarios:

Publicar un comentario