El ángel al que invoco
abdicó su última noche.
No serás mi esclava, dijo,
te concedo el don de poder salvarte.
Porque él fue súbdito de Dios
y un vasallo para los pecadores.
Dantesco limbo el que habitó
planeando nubes de agua y azufre,
mientras su Hermano Renegado
se arrastra como un reptil
al otro lado de la muralla.
Mensajero que hizo voluntad
de la palabra devota.
Portador de la verdad
y consuelo en la derrota.
Escribió las cicatrices de la batalla
en su figura hermosa de alfil.
Vibró las cuerdas de su grito ahogado,
éxtasis del dolor que sufre,
y la esperanza plena corrompió.
Pobre hombre pájaro.
Nunca tuviste alas
pero tornabas livianas
las penas ajenas,
cargándolas sobre tu espalda,
como un yelmo de plumas muertas.
Sublime, como siempre. Tiene descripciones muy bellas, como el hombre pájaro y el yelmo de plumas, por no hablar de estos versos: "Porque él fue súbdito de Dios/y un vasallo para los pecadores." Nunca dejes de escribir, talentosa sis :D
ResponderEliminarBesos angelicales,
Mun
PD: Pero yo pienso que los ángeles de la guarda no están sólo para guardarnos, sino para reír y gozar con nosotros^^
Opino que el ángel nunca abdicó, ni abdicará jamás. Creo, opino, que para el es más que un sueño, un privilegio velarte.
ResponderEliminarEres grande(y yo un pelota XD), tus palabras desprenden magia en cada sílaba.
PD: Mun tiene razón
muy bueno (el poema) muy buena (tú) jajaja, nada puedo añadir que sea nuevo, los dos anteriores comentarios lo dicen bien claro ;)
ResponderEliminarexcelente me encanto como se van desprendiendo las palabras y las imagenes y palabras q usas estan cargadas de significado y reflexion y sin embargo su verdadero sentido parece q nunca acaba!!!!
ResponderEliminarMe solidariso con el reptil que se arrastra al otro lado de la muralla,
ResponderEliminarUn saludo desde Madrid por ahora
Precioso ese último verso. Me alegra ver que sigues escribiendo. Yo que no creo en los ángeles etéros sí creo en los ángeles que me encuentro de vez en cuando y con su magia me devuelven a la vida
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