lunes, 25 de agosto de 2008

Autoversográfico

Me extingo,
diafragma contrito.
Entre hipo y respingo,
me encierro en un mito.

Jamás vacío los bolsillos de fulera tramposa.
Sólo creo en la indolencia de la Fortuna.

(Rompo las reglas, apuesto mi honor.)

Amontono recuerdos de pasados caducos,
idealizando arcanos sin ver clariosocuros.
Me pierdo confiada en laberintos futuros,
sorteando escollos de trabas y trucos.

(Vendo mentiras al mejor postor.)

Sedimento escombros, mendiga codiciosa.
Sin intentar luchar por la ocasión oportuna.

Ríndete
a la verdad.

Despréndete
del miedo.

Aprende
a perder.

1 comentario:

  1. La verdad es frecuentemente maleable así que ¿por qué aprender a perder una vez perdido el miedo? Si no hay miedo no hay nada que perder.

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